
Me encantan los días en que sin ninguna una “razón” me despierto sintiéndome tan taya, tan impregnada de ti, como si mi mente y mi cuerpo no fuese capaz de albergar otra sensación distinta a esta que me embarga sintiéndome tuya mi Señora, atada a tu ser, a tu lado; porque hay un lazo que siempre nos mantendrá unida en la distancia, el ser suya, y eso me hace inmensamente feliz!
¡Le quiero mi Señora!
No hay comentarios:
Publicar un comentario