Gracias.
Hoy más que nunca esas gracias es inmensa e infinita mi Señora.
Gracias porque ya son nueve meses siendo suya.
Gracias porque con esa palabra me entregue a usted.
Gracias por enseñarme y guiarme entre sus palabras.
Gracias por su paciencia infinita.
Gracias por su comprensión y ánimos.
Gracias por sostenerme entre sus palabras.
Gracias por su mirada.
Gracias por esas sonrisas que me dibuja.
Gracias por su dominio.
Gracias por la serenidad que le da a mis miedos.
Gracias por no dejarme caer.
Gracias por cuidarme.
Gracias por nunca permitirme esconderme de mi misma.
Gracias por descubrirme cada día un poco más.
Gracias por alentarme en cada avance, pero aun más en las fallas.
Gracias por permitirme aprender de usted siendo suya.
Gracias por someterme a sus deseos y caprichos.
Gracias por ser mi Dueña.
Gracias por ser mi amiga.
Gracias porque hoy siento mi entrega a usted más profunda.
Gracias por permitirme ser suya mi Señora Eva.
Gracias. No hay otra palabra.