…y por mí, lo conseguí.
Le pertenezco en cuerpo, mente y alma Mi Señora.
Suya soy, suyos son todas y cada una de mis sensaciones de placer y dolor que usted me regala sentir…
Le he entregado mi cuerpo desnudo vistiendo el collar que me ha otorgado, el cual me hace suya, las botas que me ordeno, me entregue de rodillas a usted con una sonrisa Mi Señora, le entregue una vez más el cuerpo, la mente y el alma, que ha hecho suyos. Cumplí su orden, permanecí de rodillas, con mis manos en la nuca, el cuerpo erguido los veinticinco minutos que me a ordeno, arrodillada entregada a usted, por usted, con el dolor de mis rodillas, la tensión de mis muslos, el temblor de mis piernas, pero firmemente entregada a usted en mi mente, soporte el dolor con una sonrisa en mi interior, no me di por vencida esta vez, no me permiti fallar de nuevo, fallarle a usted Mi Señora, cada segundo, minuto de dolor, placer; placer de saber que usted me quiere así, arrodillada y yo permanezco así, tengo la dicha de hallarme arrodillada por usted, de sentir esta sensación de alegría, satisfacción en el cuerpo y el alma, el dolor no es más que la felicidad que siento…
Gracias Mi Señora por usted lo conseguí, por usted siento esta alegría, se que este solo asido un paso más en este camino que recorro con usted, que me falta mucho por andar, aprenden, sentir, y estoy agradecida que esa enseñanza sea de su mano Mi Señora, a pesar de su ausencia física, pero no por eso menos entregada a usted.
Suya soy.
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