domingo, 21 de febrero de 2010

Anoche

Así disfrute anoche del premio de mi Señora. Una vez más entregada a Ella, asiéndola participe de cada una de mis sensaciones aun en la distancia, porque es Ella, mi Ama y Señora quien provocaba, incita, domina mis deseos, Ella es la única dueña de mi cuerpo, mi mente, de mi sed, lujuria, de mi hambre, placer, de todo lo que soy… del deseo de pertenecerle mi Señora, de la necesidad de ser controlada por usted, de obedecerla en cada deseo suyo...

Me entregue a mis caricias que hice suyas 
en mi cuerpo y
en mi mente desnuda…
al placer con codicia, sin pudor… 













Al dolor sin importar el límite…
suya, suya mi Señora.

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