viernes, 19 de febrero de 2010

Sueño, deseo, entrega

 Ama, señora, imponente frente a mí, con su mirada fuerte, desafiante.
Me acerco a usted, las ganas me inunda, los nervios me aprisionan, mi cuerpo me delata, mi sonrisa nerviosa también, su sola presencia me hace sucumbir ante usted, sabes que es dueña de mis sensaciones, de mí, del cuerpo desnudo frente a usted dispuesto, de mi voluntad que se hace dócil frente a la suya fuerte, altiva, no hay palabras, no las necesita frente a mí.
Comienzo tocar mi cuerpo deseosa por su deseo, atento a su mirada, a cada movimiento, al recorrido de mis manos por el cuerpo, a las reacciones de mi piel, adora la imagen que ve, esa mezcla de deseos, nervios, vergüenza, rubor, excitación… expuesta, exhibida, abierta de piernas para usted, sin pudor, porque usted lo deseas, porque así me quiere, porque así me siento tuya, me dejo llevar mientras toco mi sexo con mi mano, me humedezco, froto mi clítoris firme, me haces sostenerte la mirada, si, ves en ella lo que siento mas allá de la piel, del estremecimiento del cuerpo, del apetito, la lujuria como mis manos tocan mi piel, me sabes tuya, entregada en esa mirada, sabes que llenas mi mente, que mi único deseo es servirle mi Señora, muevo mis dedos dentro de mí, me mojo mas, escuchas como entran y sales mis dedos entro de mi, y de repente me paras, impides la llegada del orgasmo, el placer que siento no es mío, es tuyo, tu lo arrancas de mi interior… el corazón lo siento a prisa, mis pensamientos son suyos, el palpitar de mi clítoris urge; asido solo un sueño.

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