jueves, 21 de enero de 2010

Gracias, pero cómo lo haces?


Gracias mi Señora por el mail, por sus palabras, por estar siempre, por el par de horas dedicadas hoy, cuando se que no tiene tiempo.

Gracias, por diluir mis dudas una vez más, por darle a mis pensamientos la calma y a mí la confianza, que a veces pierdo. ¿Cómo lo haces? cómo haces, para darme esa confianza, esa seguridad, esa calma... cómo haces que tus palabras me trasmitan y me den tanto... como haces para hacerme sentir segura entre ellas... 

¿Cómo lo haces?... no importa, gracias.

Gracias, por preocuparse como me siento, por a hacerme sonreír, por ese “tenía ganas de “verte”, por estar allí, me podría llenar de gracias, escribirla mil veces… pero ya usted sabe lo que pienso con respeto a esa palabra y como la siento…

Pero a veces se hacen escasas las palabras, a veces no es preciso decir tanto, a veces solo se puede decir gracias con la mayor sonrisa y felicidad.


Gracias mi Señora.

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